

Un Entrenamiento para el Éxito

Como ya sabemos desde el ámbito espiritual, cada individuo se halla en una travesía constante hacia la superación y rectificación personal, siendo el trayecto de cada uno exclusivo y diferente.
El éxito verdadero en esta misión es sólo posible bajo circunstancias de absoluta libertad. Una persona debe estar en control y distribución de su energía, libre de restricciones y obstáculos externos e internos.
Pero "estar en control" engendra complacencia y pereza; solo cuando se es desafiado y reprimido, solo cuando se está compelido a resistir y luchar para superar las circunstancias, el ser humano se levanta y realiza su verdadero potencial.
Es en esta dualidad, en esta incómoda dicotomía en la que se desarrolla nuestra vida, nombre que le damos al segmento temporal presente -a veces denominado “encarnación”- y que tiene límites.
Esta “incomodidad” es la que suele generar el combustible necesario para el cambio, para ser recalibrado. Por eso le damos la bienvenida a las circunstancias adversas que nos permiten reconocer nuestra energía interior para improvisar ante las emergencias, adaptarnos a las eventualidades y resolver problemas.
Pero, no necesariamente todos estamos educados para sobrevivir ni mucho menos para ser exitosos, por eso se vuelve necesario entrenarse en una u otra forma de vida que recoja lo mejor de cada uno para su aplicación efectiva en lo cotidiano.
Cuando fracasamos, o no estamos felices, o repetimos errores, es necesaria una reorganización de nuestra conexión energética con lo Superior que lleva a la rectificación de ese desequilibrio. Cuando nos equivocamos (a través de nuestros actos) el flujo natural se invierte y debe ser rectificado (Tikún). También las emociones crean vibraciones que si no se hallan en un estado de armonía generan caos y cuando los pensamientos presentan confusión, porque hemos comido demasiada fruta del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, también requiere corrección.
Uno de los métodos más sencillos pero poco utilizados como herramienta es el Árbol de la Vida que propone un sistema de equilibrio dinámico e integral dentro de la Cábala Hebrea, en el cual si una parte se desbalancea la otra viene a compensarlo dentro de un Todo completo.
En la Masterclass de “Coaching y Cábala” hemos visto cómo cada parte de dicha Totalidad interviene en la concreción de objetivos, el balance de áreas, la creación de ideas, la gran importancia del límite, cómo aprovechar los talentos y fortalezas, cómo restaurar y reconstruir la confianza y autoestima perdida; pero por sobre todas las cosas reconocer los dones naturales y beneficiarse de ellos para el éxito.
No ceder ante la presión social y laboral demanda una firmeza de carácter encomiable. Mantenerse en calma mientras se es difamado, traicionado, humillado, requiere de práctica y experiencia sobre todo para saber cómo navegar y reaccionar convenientemente ante esas circunstancias; discernir lo mejor a corto, mediano y largo plazo también.
Tomar decisiones -también de negocios- rápido y bien, y además saber delegar para optimizar el tiempo (ese que tiene límites) precisa de una gran capacidad de decisión y seguridad. Comprender que el dinero es una forma de energía y no hay ningún prejuicio con respecto a tener más ni tener menos. Entender que la comunicación externa es producto de la comunicación interna y tanto más!
Como si esto fuera poco, presentaré en esta clase un aspecto mayor y determinante que suele ser olvidado, y es la motivación -o la fe- para vivir (para vivir BIEN), que se halla íntimamente vinculada con el deseo, la libido, el instinto vital, la energía psíquica que impulsa la vida.
Por eso será ineludible partir de la indispensable Unificación del Abajo con el Arriba, de comprender la vida como una totalidad y aprender a distribuir esa energía para tener éxito cada vez, en cada área. Dicho reparto lo encontraremos en el recorrido sefirótico (las emanaciones del Árbol de la Vida) que es posible aprovechar para madurar; itinerario que se efectúa con la certeza de que lo que recibimos de lo Alto no es una cuestión de azar sino de lo que elegimos manifestar.
©Ruth Percowicz - Todos los derechos reservados